Akbar no sólo contribuyó a resolver los conflictos entre varias sectas, sino que también aportó sabiduría a la historia del desarrollo religioso indio. Gracias a su "personalidad tolerante y generosa" y su "búsqueda de ideas religiosas", Akbar fundó una "religión santa" sin Dios, profetas ni asuntos religiosos. La característica de esta religión es que aboga por la honestidad y la frugalidad, y sus enseñanzas exigen a los creyentes "abandonar los deseos mundanos y buscar la salvación". Aquellos que quieran unirse a la religión pueden ver a Akbar directamente, poner el turbante en las manos de Akbar y poner su cabeza sobre los pies de Akbar. Akbar levantará a la persona, lo bendecirá, se lo pondrá y se lo dará. un retrato de usted mismo, y esta persona es considerada un creyente. Esta religión requiere que sus seguidores sean leales al rey Akbar. Los creyentes consideran a Akbar como Dios y llaman "Alá - Akbar" (que significa "Akbar es Dios") cuando se encuentran. Los creyentes también dedicaron sus propiedades, vidas, honores, etc. al emperador. La "santa religión" de Akbar no tiene templos ni oraciones. Sólo exige que los creyentes cuiden a los animales y den limosnas, proporcionen ayuda o hagan buenas obras siempre que sea posible. La "santa religión" no obliga a otros a creer en la religión. Las medidas religiosas de Akbar aliviaron los conflictos religiosos de la época y permitieron que diferentes sectas coexistieran pacíficamente, consolidando así el dominio del Imperio Mughal.