En 1943, Selman A. Wachsman, Ph.D. de la Universidad de California, Berkeley, y profesor de la Universidad de Rutgers, aisló Streptomyces. Este fue el segundo fármaco producido y utilizado clínicamente después de la penicilina. Por sus antibióticos, Wachsman ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1952. Su especial eficacia contra Mycobacterium tuberculosis ha creado una nueva era en el tratamiento de la tuberculosis. Desde entonces, ha habido esperanza para la tuberculosis, que ha devastado la vida humana durante miles de años.
La estreptomicina es un antibiótico extraído del medio de cultivo de Streptomyces griseus. Los compuestos alcalinos que pertenecen a los aminoglucósidos se unen a la proteína de Mycobacterium tuberculosis e interfieren con la síntesis de proteínas de Mycobacterium tuberculosis, matando o inhibiendo así el crecimiento de Mycobacterium tuberculosis. Debido a que la respuesta al dolor de la inyección intramuscular de estreptomicina es relativamente pequeña, es adecuada para uso clínico. Siempre que se seleccione el objeto de aplicación adecuado y la dosis sea adecuada, la mayoría de los pacientes pueden recibir la inyección durante un tiempo prolongado (normalmente unos 2 meses). Por lo tanto, siguió siendo el pilar del tratamiento antituberculoso durante décadas.