La composición espiritual de la Gran Muralla

Estas vacaciones de verano fui a Beijing. Antes de irme, busqué en Internet algunas historias sobre la Gran Muralla. Lo que más me impresionó fue la inscripción del abuelo Mao Zedong: "Quien no ha visitado la Gran Muralla no es un verdadero hombre". ¡Esta vez finalmente puedo experimentar la sensación de escalar la Gran Muralla!

Temprano en la mañana, seguimos al guía turístico hasta el pie de la Gran Muralla. Busqué ansiosamente la tablilla de piedra con la inscripción del presidente Mao y la encontré rápidamente. Me paré con orgullo junto al monumento de piedra y tomé una foto. Mirando a mi alrededor al pie de la Gran Muralla, vi una jungla exuberante y montañas onduladas en la distancia, ¡muy hermosas! La sinuosa muralla de la ciudad es como un dragón gigante flotando en las montañas. Pensé: ¿Cómo puedo escalar tan alto? Mi madre me animó: "¡Tienes que perseverar hasta el final y llegar a la cima como el abuelo Mao!". Al escuchar esto, ¡me lleno de confianza!

Cuando llegué a Badaling, vi la sinuosa Gran Muralla a lo lejos. De vez en cuando, puedo ver una torre de baliza entre las paredes. Muchas torres de baliza estaban conectadas en línea. Abrí los brazos con entusiasmo y grité en voz alta. La torre del faro en el octavo piso es la más alta. Arrastré a mis padres. Este viaje fue mucho más difícil de lo que imaginaba porque la pendiente era de 60 o 70 grados, haciendo muy difícil caminar. Los pasos son aún más difíciles de seguir. Cada paso es inusualmente alto. Tan pronto como lo piso, me duelen los muslos. Estoy sudando profusamente y me quedo sin aliento incluso antes de dar unos pocos pasos. Con el apoyo de mi madre, perseveraré paso a paso y eventualmente llegaré al pico más alto con vista a las montañas.

Comentario: El autor describió el proceso de escalar la Gran Muralla en el orden de las visitas turísticas y expresó su admiración y amor por el hermoso paisaje de la Gran Muralla entre líneas. Al mismo tiempo, también escribió sobre la dificultad de escalar la Gran Muralla, afirmando que "si no llegas a la Gran Muralla, no eres un verdadero hombre".