Depresión: los adolescentes pueden sentir tristeza, impotencia y desesperanza persistentes, y perder el interés y la alegría en las actividades diarias.
Pensamiento lento: los adolescentes pueden experimentar pensamiento lento, dificultad para concentrarse y disminución de la memoria.
Fuerza de voluntad reducida: los adolescentes pueden experimentar una fuerza de voluntad reducida, falta de motivación y objetivos, y pérdida de interés en el aprendizaje y las actividades sociales.
Depresión y pesimismo: Los adolescentes pueden sentirse pesimistas y decepcionados respecto al futuro, y tener pensamientos y valoraciones negativas sobre sí mismos y el mundo.
Dificultades de aprendizaje: Los adolescentes pueden tener dificultades para estudiar, tener notas más bajas, dificultad para concentrarse y mala memoria.
Malestar físico: Los adolescentes pueden experimentar malestares como dolores de cabeza, dolores de estómago, dolores musculares y fatiga.
Conductas autolesivas: los adolescentes pueden tener conductas autolesivas, como cortarse, quemarse y golpearse.
Cabe señalar que estos síntomas no necesariamente significan que los adolescentes estén sufriendo depresión, pudiendo ser también manifestaciones de otros problemas psicológicos o físicos. Si un adolescente experimenta los síntomas anteriores, se recomienda buscar ayuda médica profesional para su evaluación y tratamiento oportuno.