Las causas de la meseta Qinghai-Tíbet

Las causas de la formación de la meseta Qinghai-Tíbet son las siguientes:

En primer lugar, la razón fundamental para la formación de la meseta Qinghai-Tíbet es el movimiento de la corteza terrestre. La corteza terrestre está formada por múltiples capas de roca, las más externas son la corteza oceánica y la corteza terrestre. La Meseta Tibetana se encuentra en la zona donde chocan la placa asiática y la placa del subcontinente indio. El choque de las dos placas hace que la corteza terrestre se espese y el suelo se eleve, formando una meseta.

En segundo lugar, la formación de la meseta tibetana también se vio afectada por actividades tectónicas. El movimiento de la corteza terrestre hace que las capas de roca se compriman, formando fallas y pliegues. Hay una gran cantidad de fallas y pliegues en la meseta tibetana, y estas actividades tectónicas han provocado que el área de la meseta se vuelva más alta y accidentada.

En tercer lugar, los tipos de rocas también tienen un impacto en la formación de la meseta tibetana. Las rocas de la zona de la meseta son principalmente rocas Paleoproterozoicas y Triásicas. Estas rocas tienen alta densidad y dureza, por lo que pueden resistir la presión del movimiento de la corteza y la actividad tectónica.

Por último, el cambio climático también es un factor importante en la formación de la meseta tibetana. La región de la meseta tiene un clima árido con escasas precipitaciones y grandes diferencias de temperatura. Esta condición climática hace que las rocas en el área de la meseta sean muy frágiles y fácilmente susceptibles a la erosión y la erosión, por lo que el terreno en el área de la meseta aparece como montañas y valles fluviales.

La actividad sísmica general en la meseta Qinghai-Tíbet y sus alrededores generalmente presenta cuatro características principales:

En primer lugar, está ampliamente distribuida y acompañada de una pequeña cantidad de actividad volcánica.

En segundo lugar, la intensidad de la actividad sísmica es alta en los últimos 50 años, hasta 2013, ha habido más de 40 terremotos de magnitud superior a 7 en la meseta Qinghai-Tíbet, alcanzando la magnitud más alta de la historia. 8,5 (el terremoto de Zayu de 1950).

En tercer lugar, los terremotos se producen intensamente en la meseta Qinghai-Tíbet y las montañas Tianshan, dos áreas tectónicas especiales que tienen una fuerte actividad sísmica intracrustal básicamente en áreas con un espesor de la corteza superior a 35 kilómetros.

En cuarto lugar, hay dos centros de actividad sísmica de profundidad media, a saber, la región de Pamir-Hindu Kush y la región de Myanmar, con una profundidad focal máxima de 383 kilómetros.

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