El libro del Hobbit

Hay algunas películas que me gustan y nunca leeré reseñas de otras personas, y sobre la mayoría de ellas tampoco escribiré mis propias reseñas.

Así que saqué un breve prefacio de "El Hobbit" publicado por Ballantine Books, un libro que compré en 2005. Escrito por Peter Bigger en Watsonville, California, 1973. Probablemente también le agradaba Tolkien y se negó a escribir un prefacio largo.

Han pasado quince años desde que descubrí accidentalmente "La Trilogía de El Señor de los Anillos" de Tolkien en la Biblioteca Carnegie de Pittsburgh (era 1973 cuando Peter escribió este prefacio). Antes de eso, lo había estado buscando durante cuatro años, todo porque leí la reseña del libro de Auden en el New York Times. En ese momento, la trilogía de El Señor de los Anillos no era tan famosa y no era tan fácil explicarle a la gente lo buena que era. A menudo extraño esa época ahora. No había tantas novelas mágicas en aquella época, pero así, Frodo se convirtió en un tesoro único y un pequeño secreto en nuestros corazones. Años antes de que apareciera "Larga vida a Frodo" en las estaciones de metro de la ciudad de Nueva York, The Childcare Fund era uno de mis héroes secretos.

Se necesitaron diez años para que las obras de Parenting Fund se hicieran populares de la noche a la mañana. Esto no es una casualidad. Los años sesenta no fueron más caóticos que los cincuenta, aunque estos heredaron algunas cosas buenas de los cincuenta. Pero no fue hasta la década de 1960 que la gente tomó conciencia general de la corrupción de la sociedad industrial: ¡paradójicamente inhabitable, inevitablemente inmune y, en última instancia, muerta! Si queremos hablar de las palabras clave de la década de 1960, es probable que la palabra "progreso" haya perdido completamente su santidad y que "escape" ya no sea un concepto desviado. Aunque ahora llamamos a ese impulso "rebelión", aquellos de nosotros que amamos la Tierra Media, anhelamos sinceramente ese mundo, y si pudiéramos, ¡realmente quisiéramos estar en él al instante!

Porque, después de todo, lo que amamos es la Tierra Media y sus habitantes, no el genio mostrado por Child Care Fund. Quiero repetirlo: el mundo existía antes de que se escribiera el Fondo para la Conservación y lo creo profundamente. El rey de los padres es el mayor mago. Él entrega todos nuestros ensueños, pesadillas y fantasías bajo las estrellas, pero no es el creador: simplemente les da un hogar, construyéndoles un refugio seguro en un mundo corrupto.