La historia de la ceremonia del té se remonta al siglo XIII d.C., y fue fundada por el maestro del té japonés Zhumitsu Murata. Con el paso del tiempo, la ceremonia del té fue cada vez más apreciada y valorada por los nobles japoneses y la clase samurái, formando gradualmente una cultura japonesa única.
En el proceso de desarrollo de la ceremonia del té, muchas personas hicieron importantes contribuciones a la misma. El más famoso de ellos es Mori no Rikyū, quien popularizó la ceremonia del té durante el período Edo de Japón en el siglo XVI, convirtiéndola en un importante patrimonio cultural. La mentalidad de Mori no Rikyū aboga por "una ceguera", es decir, "hacer lo mejor que puedas sin pedir a los demás", y aboga por alcanzar un estado de ánimo natural, tranquilo, fresco y libre.
A día de hoy, los japoneses siguen amando y respetando la ceremonia del té, como forma cultural y artística. Mucha gente está aprendiendo, entendiendo y realizando la ceremonia del té para mantener viva esta hermosa tradición. Además, la ceremonia del té se ha convertido gradualmente en una forma de cultura japonesa que se extiende al mundo, mostrando el espíritu y la sabiduría japoneses.