El origen del Cabo de Buena Esperanza
En 1486, por orden del rey, el explorador portugués Dias dirigió una expedición al sur desde Lisboa a lo largo de la costa occidental de África. Cuando la flota navegó hacia la intersección de los océanos Atlántico e Índico, hubo una repentina y violenta tormenta en la superficie del mar y enormes olas empujaron a la flota hacia el "punto sin nombre". A causa de este desastre, Díaz nombró a la esquina "Cabo de las Tormentas". De 1497 a 1498, el portugués Vasgoda Gama llegó a la India desde Europa a través del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica. De 1519 a 1522, el portugués Fernando de Magallanes dirigió una flota a través del Atlántico con el apoyo del Rey de España, alrededor del extremo sur del continente americano, a lo largo de la costa este de América del Sur, hacia el Pacífico, hasta las Islas Filipinas, y luego regresa la "tormenta" en el Océano Índico. Completó por primera vez el "viaje alrededor del mundo". Cuando se abrieron las rutas comerciales, regresaron a Portugal cargados de oro y seda. El rey Juan II cambió "Cabo de las Tormentas" por "Cabo de Buena Esperanza" para indicar la esperanza de que al doblar esta esquina traería cosas buenas. Desde entonces, la vía fluvial del Cabo de Buena Esperanza se ha convertido en el único canal marítimo que conecta Europa y Asia, prosperando el mercado comercial internacional euroasiático. Desde la apertura del Canal de Suez en 1869, la ruta Europa-Asia se ha acortado considerablemente, pero algunos grandes petroleros todavía tienen que desviarse. Por aquí pasan cada año más de 40.000 barcos, y por esta carretera pasa el 50% del petróleo necesario en Europa Occidental y el 25% del petróleo utilizado en Estados Unidos.