Primero, no falles.
Consigue una beca si puedes. No falles. ¿Sabías que cada materia que suspendas permanecerá en tu expediente de por vida? Incluso si realiza un examen de recuperación, no importa qué tan alto sea el examen, la puntuación para ese curso solo será de 60 puntos. Al estudiar en el mismo aula que los nacidos en la década de 1990, estás destinado al fracaso.
En segundo lugar, haz más ejercicio y presta atención a tu cuerpo.
Cuando tienes veintitantos años, si no te cuidas bien, puedes caer fácilmente en la raíz de la enfermedad. Cuando era joven, no podía decirlo. Después de los cuarenta años, sufrirás dolores de espalda, hipertensión arterial y diversas enfermedades.
En tercer lugar, refrena tu vanidad.
No confíes demasiado en el dinero y no consideres las marcas famosas como fe. Nunca gastes más de lo que puedes permitirte. Hoy en día, muchos estudiantes universitarios piden préstamos para comprar artículos y equipos de lujo de marca o para complacer a sus novias. Al final no pudieron llegar a la orilla y llegaron a un callejón sin salida. De hecho, esto también es un signo de inmadurez.
Cuarto, intenta superarte.
Ir a la universidad es un nuevo punto de partida. Todo aquí es nuevo. Es posible que haya sido introvertido y haya tenido experiencias desagradables en el pasado. Ahora puedes intentar abrirte paso y brillar frente a todos.
5. Intenta tener una relación.
No hablemos de cuándo hablar en este momento. La universidad tiene relativamente más tiempo libre y un círculo más amplio. En la sociedad no hay tantas oportunidades para conocer a la pareja y las relaciones no son tan sencillas como en la época de estudiantes.
Sexto, prestar atención a la dirección laboral profesional
Vamos a la universidad para encontrar un buen trabajo, por eso debemos recordar prestar atención a las tendencias profesionales. Si las perspectivas no son tan ideales, es necesario planificar su futuro con antelación.