La educación temprana debe basarse en la educación familiar y complementarse con la educación institucional. Fomentar el ejercicio de múltiples sentidos como la visión, el tacto, el gusto, el oído, etc.
Los niños poco a poco empiezan a tomar conciencia de sí mismos a partir de los 2 años. Sólo a partir de esta edad brotará su personalidad.