Montañeses japoneses

Apolo y Artemisa son hijos de Zeus y el titán Leto. Cuando estaban a punto de nacer, Hera prohibió a la tierra que le diera a Leto un lugar para dar a luz. Entonces Zeus ordenó que el mar subiera hasta la isla de Ross, y Leto dio a luz a un par de hijos: el dios sol y el dios luna.

El dios sol es también el dios de la profecía. Declaró la voluntad de Zeus a los mortales y Delfos fue su dios más famoso. La Diosa de la Luna es también la diosa de la caza. Su imagen lleva ropa de caza y sostiene un carcaj, de pie junto a la mítica bestia ciervo.

Dafne

Apolo se enamoró de Dafne, la bella hija del dios del río. Él la sigue a todas partes pero ella intenta evitarlo. Una vez Apolo persiguió a Dafne, cuando estaba a punto de alcanzarla, Dafne gritó: "¡Ah! ¡Madre Tierra, ayúdame!". Tan pronto como terminó de hablar, ocurrió una escena extraña: sus piernas se pusieron erguidas y no podía moverse. Apareció una capa de corteza gris, el cabello se convirtió en hojas, los brazos se convirtieron en ramas, los pies desarrollaron raíces y la cabeza se convirtió en copas de árboles. Cuando Apolo llegó, sólo pudo agarrarse de un liso tronco de laurel, pero sintió que el corazón de Dafne todavía latía con fuerza.

Para expresar su amor, Apolo recogió algunas ramas y hojas de laurel, hizo una corona y se la puso en la cabeza en homenaje a Dafne. El término "poeta laureado" mencionado por generaciones posteriores proviene de esta historia.