Sin embargo, algunas personas creen que el receso de primavera y otoño interrumpirá el progreso docente de la escuela y aumentará la presión sobre los maestros para preparar las lecciones. Los estudiantes pueden olvidar lo que han aprendido antes durante las largas vacaciones, lo que resultará en una. disminución de la eficacia docente. Además, si las vacaciones de primavera y otoño no se organizan de manera uniforme en todo el país, se pueden producir horarios de vacaciones inconsistentes para los estudiantes en diferentes regiones, lo que afectará la equidad educativa.
En definitiva, si es necesario aumentar las vacaciones de primavera y otoño hay que evaluarlo y decidirlo en función de la situación y las necesidades reales. Si las disposiciones y la gestión eficaces de la enseñanza pueden evitar el impacto en el progreso de la enseñanza y la calidad del aprendizaje de los estudiantes, y al mismo tiempo brindarles a los estudiantes más espacio para descansar y crecer, entonces las vacaciones de primavera y otoño pueden ser un plan de vacaciones beneficioso.