Para los niños, la educación temprana en la infancia puede mejorar el punto de partida y la base del aprendizaje de los niños, lo cual es comprensible. Sin embargo, los padres deben ser plenamente conscientes de que la educación temprana no solo debe perseguir el rendimiento académico y la velocidad de crecimiento, sino también prestar atención a la salud física y mental de sus hijos. El daño psicológico potencial de la educación hará que los niños se sientan inconscientemente incómodos y se sientan impotentes en la sociedad.
El pollo se ha convertido en un fenómeno causado por la mentalidad fuera de la escuela de los padres. Por un lado, las escuelas y la sociedad tienen una gran demanda de educación infantil, lo que a menudo conduce a recursos educativos insuficientes, lo que hace que los padres luchen por el capital y la base de la educación infantil para sus hijos en forma de "gallinas". Por otro lado, los padres que no tienen suficientes habilidades para educar a sus hijos utilizan sin esfuerzo métodos excesivos para transmitirles el mensaje de cómo ser los mejores estudiantes. En este caso, una mente tranquila y estrategias de acampada relajadas pueden permitir que padres e hijos se comuniquen de forma más natural durante el proceso de educación temprana.