¿Por qué a los jóvenes japoneses no les gusta el espíritu empresarial?

En primer lugar, en la sociedad japonesa, si una persona fracasa, le resultará difícil sobrevivir en la sociedad. No sólo sus amigos lo menospreciaban, sino que era difícil encontrar trabajo, no podía casarse y no podía pasar la revisión crediticia del banco para préstamos hipotecarios. Esta realidad social determina que los jóvenes deben ser tímidos si quieren emprender.

Segundo: a los jóvenes japoneses no les gusta alardear. Japón comenzó a implementar una educación de calidad en las décadas de 1980 y 1990, y entró en un malentendido, competencia sofocante y grupos de énfasis. Este sistema educativo ha llevado a una mentalidad de rebaño entre los jóvenes japoneses, en las carreras de jardín de infantes y escuelas primarias, todos cruzan la meta de la mano. Durante mis cuatro años en la universidad, ni siquiera sabía qué estudiantes tenían buenas calificaciones y cuáles malas, porque las calificaciones de todos no se hacían públicas. Este sistema educativo hace que muchas personas se muestren reacias a presumir. Y el emprendimiento es algo que requiere protagonismo.

En tercer lugar, otra razón que obstaculiza a los empresarios japoneses es que grandes empresas como NTT DoCoMo, Toyota, Sony, Sharp y Fujitsu han monopolizado demasiados recursos en la sociedad japonesa. Siempre existen innumerables relaciones chaebol entre las grandes empresas japonesas. Muchas grandes empresas en Japón tienen participaciones cruzadas y relaciones profundas. Las grandes empresas y las empresas afiliadas monopolizan todos los negocios, incluidos los periféricos.

Cuarto: Otro factor por el que a los japoneses no les gusta el espíritu empresarial es que las empresas japonesas tienen un “sistema de empleo vitalicio” profundamente arraigado. El sistema de empleo vitalicio fue propuesto por Konosuke Matsushita, considerado el dios de la gestión. Dijo que Panasonic no despedirá a ningún empleado para que los empleados puedan trabajar con tranquilidad. La filosofía empresarial de Konosuke Matsushita ha sido aceptada por muchas empresas japonesas. No fue hasta la década de 1950, después de la guerra, que las empresas japonesas comenzaron a formar en general la tradición del empleo permanente, lo que contribuyó enormemente al ascenso de la economía japonesa.