El mejor momento para realizar la cirugía de estiramiento vaginal es entre los cinco días después de la menstruación y una semana antes del siguiente período menstrual, ya que si la menstruación se produce demasiado pronto después de la operación, la infección aumentará, perjudicial para la cicatrización de las heridas. Además, una cirugía demasiado cercana a la menstruación aumentará la posibilidad de sangrado intraoperatorio y aumentará la aparición de complicaciones quirúrgicas.