Pocos hombres hablarían de educar a sus novias o amantes. La mayoría son violentos y habladores. Otros solo usarán palabras dulces para seducir a las mujeres y pasarán directamente al nivel de calificaciones académicas. Esto solo puede significar que tu novio no te ama en general, pero realmente quiere estar contigo.
Mi marido me da una lección de vez en cuando, y cada vez que grito, no vayas a clase y trato de aprobar. Pero después de todo, tienes que sentarte allí obedientemente y, después de escuchar cada palabra, repetir lo que dijo y decir que sabes que estabas equivocado. Sólo si no vuelve a suceder podrás deshacerte del entorno en el que te encuentras. fueron educados. Para ser honesto, me resisto mucho a una escena así, es muy vergonzoso. Y en el momento más crítico, realmente no me di cuenta de dónde me había equivocado.
Debido a diferentes conceptos, tenemos diferentes percepciones de muchas cosas, y estas diferencias fueron hábilmente atribuidas a mi inacción por parte de él, que es bueno organizando el lenguaje. Así que cada vez que un debate fracasa, el resultado es la educación.
Hace algún tiempo, debido a que mi hijo estaba en problemas y necesitaba que lo cuidaran, ignoré la ayuda de mi esposo e incluso derramé agua por todo el piso. Como resultado, me educaron durante más de una hora y todas las explicaciones fueron inútiles. Siempre siente que no me preocupo lo suficiente por él. Después simplemente lo ignoré, dejándolo sin palabras. Sólo lo escuché divagar hasta que me cansé y me quedé dormido. Me desperté muy tarde al día siguiente y lo escuché vagamente susurrándome lo siento antes de salir. Supongo que el primer día lo ofendieron y encontró una excusa para estar enojado conmigo.
Aunque me molesta el proceso de ser educado, todavía me daré pistas psicológicas, con la esperanza de poder intentar escuchar sus verdaderos pensamientos y cambiar mis defectos para poder ganar mayor peso en su corazón. Ten cuidado y aprende a disfrutar el tiempo que te enseña.
En cierto momento, de repente descubrí que la persona que amaba era muy feliz. Al menos ahora, está dispuesto a sentir pena por mis defectos, a hablar de mis errores y a expresar sus sentimientos. Todo lo que necesito son unos minutos de mi astucia.