Me quedé quieto sobre las rocas junto al mar, dejando que la fuerte lluvia empapara todo mi cuerpo. La tormenta llegó con tanta violencia, como si quisiera borrar los infinitos pecados de la tierra. La exuberante y sombreada jungla de la isla aislada no puede bloquear la cascada de fuertes lluvias. Mirando el mar y el cielo besándose a lo lejos, mi corazón se vuelve cada vez más pesado. Abandonado en esta isla desierta, ya había perdido la esperanza de sobrevivir, pero justo ahora vi un velero navegando a lo lejos. Pensé que Dios no me abandonaría y que podría sobrevivir a la desesperada situación, pero Dios parecía estar gastándome una broma. Esta repentina tormenta trastocó por completo la esperanza de vida en las profundidades del mar. Regresar con vida es tan difícil de alcanzar...