Papel y cartón: incluidos periódicos, revistas, sobres, cajas de embalaje, etc.
Botellas y envases de plástico: como botellas de bebidas, botellas de champú, envases de comida, etc.
Latas y recipientes metálicos: como latas de aluminio, latas de comida, etc.
Envases de vidrio: como botellas de bebidas, latas de comida, etc.
Residuos de ropa y textiles: incluyendo ropa, sábanas, toallas, etc. desechados.
Residuos de productos electrónicos: como residuos de móviles, ordenadores, televisores, etc.
Residuos de electrodomésticos: como frigoríficos, lavadoras, hornos microondas, etc. usados.
Residuos de muebles: como sillas, mesas, armarios, etc. desechados.
Neumáticos de desecho: como neumáticos de coche desechados, neumáticos de bicicleta, etc.
Pilas usadas y pilas recargables: como pilas alcalinas usadas, pilas de litio, etc.
Bombillas y tubos fluorescentes usados: como bombillas incandescentes de desecho, luces LED, etc.
Residuos de hierba y árboles: como ramas y hojas podadas, restos de césped tras el corte, etc.
Estos productos de desecho pueden reciclarse y procesarse a través de contenedores de reciclaje, instalaciones de clasificación de residuos o instituciones relacionadas. Al recuperar y reciclar estos productos de desecho, podemos reducir el desperdicio de recursos, ahorrar energía y proteger el medio ambiente.