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Xiaoyue, una chica amable y de temperamento lento, siempre aprueba sus estudios de matemáticas. Intenté por todos los medios cambiar su preocupante situación de aprendizaje, pero con poco éxito. Mi entusiasmo siempre se convertía fácilmente en decepción por su descuido.
Después de medio semestre de tanteos y trabajo duro, mi decepción con ella casi se convirtió en desesperación. Este tipo de desesperación no se debe solo a sus calificaciones, sino también a su actitud de aprendizaje contraproducente y contraproducente. En una conversación con un profesor de chino, descubrí que este niño no estaba tan motivado ni era tan contraproducente como pensaba. Siempre puede copiar cuidadosamente los deberes de chino.
Supongo: No es que el niño no se rinda, sino que realmente no sabe resolver problemas de matemáticas, ¿verdad? A partir de ese día, la animé y elogié más, y la presión fue menor que antes. Le di diferentes tareas y le permití quedarse en la escuela y hacer preguntas a sus compañeros o profesores que no sabía hacer.
Después de un período de arduo trabajo, vi que esta gentil niña ya no tenía la expresión de "un ratón muerto no es frío al tacto", sino una sonrisa brillante y una expresión concentrada. En el examen final sus notas mejoraron significativamente. Aproveché la oportunidad un paso más allá y le entregué el Premio al Progreso. ¡Creo que en el futuro proceso de aprendizaje, tendrá más confianza para dar cada paso!
Resumen:
Alguien dijo una vez: "Una palabra casual de un maestro puede crear milagros; una mirada casual de un maestro puede matar un talento".
p>Las conductas habituales de los profesores pueden tener un impacto inmensurable en el desarrollo de los estudiantes a lo largo de su vida. Como docentes, siempre debemos mirar hacia atrás, a nuestra educación pasada y reflexionar sobre cuántos arrepentimientos hemos creado, cuántas inocencias infantiles hemos apuñalado y cuántos rincones no debemos olvidar.
Deberíamos ser más tolerantes con los estudiantes. Todos tienen sus propias fortalezas y debilidades. Tal vez a menudo no puedan contener sus palabras y acciones, no puedan completar bien las tareas de estudio y es posible que no tengan un futuro brillante, pero ¿quién dice que una persona común y corriente es inferior a los demás?
Ante la nueva situación de la educación, como siempre, me basaré en mis deberes, cumpliré con mis responsabilidades, contribuiré silenciosamente, usaré mi hilo de amor para regar el colorido suelo de la vida y cosechar uno. sueño educativo tras otro.