Lleva a tus hijos a un servicio conmemorativo para que sepan cómo es la vida. Después de presenciar el parto, vaya al hospital para ver el dolor de la paciente y luego lleve al niño a un servicio conmemorativo. Por supuesto, la buena educación va antes que la participación. Algunos niños son tímidos por naturaleza y deben tener cuidado. Sólo cuando conoces el nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte podrás comprender la vida.
Dejar que los niños experimenten aspectos relevantes de la vida y educarlos sobre el amor a la vida. Algunas escuelas obligan a los niños a cargar más de diez kilogramos de arena en la espalda para experimentar el dolor del embarazo en diez meses. Lea "Si me das tres días de visión" de Helen, bloquea tus ojos y aprecia el arduo trabajo de los ciegos. Acude a una escuela para sordos y mudos para hacer obras de caridad y experimenta la sensación de no poder hablar ni oír. Vea su propia salud, aprecie la belleza de la vida y aprenda a valorarla. Saber que el propósito de la vida es amar la vida, apreciarla y hacer que la vida sea maravillosa. Ser capaz de leer "Love Life" y otras obras literarias relacionadas; animar a los niños a ser inteligentes y sabios, y no a ser ciegos y fuertes. Realizar educación sobre la frustración y educación sobre la gratitud.
Realizar una educación sobre la frustración para que los niños puedan visualizar correctamente los contratiempos, establecer la perspectiva de “el acero se puede templar cien veces”, perseverar, saber que los contratiempos y el sufrimiento son parte de la vida, y ser capaces de afrontarlos. los reveses con calma en vidas futuras. La educación para la gratitud es un complemento útil a la educación para la vida. "El cuerpo es una herida superficial y los padres no se atreven a lastimarlo". Para estar agradecidos, los padres deben empezar por apreciar su propia vida y no tomárselo a la ligera.
La vida es lo más preciado para cada uno de nosotros. La vida es la base sobre la cual disfrutamos de todos los demás derechos. Cada uno de nosotros es único y no se puede copiar. Por lo tanto, la educación para la vida requiere que los niños se den cuenta de la finitud y unicidad de la vida, pensando así en el valor de existencia de la vida individual y comprendiendo su significado en la práctica de la vida. Sólo apreciando y respetando la vida podemos realizar el valor de la vida individual y beneficiar a la sociedad con una mentalidad amplia y perseverante.