Sin embargo, nuestros caminos no siempre son dulces y soleados. Debemos tener cuidado y paciencia. No se trata sólo de jugar y trastear. La competencia puede generar amargura y odio, o provocar peleas. Aunque la mujer a veces sonreía, a menudo gritaba y regañaba. Incluso recurriría con mayor frecuencia al castigo corporal.
Además, el tiempo de cambiar de opinión ya pasó y ya no se trata de regresar al paraíso natal. Nada se interpone en nuestro camino excepto el cansancio, el trabajo duro y la perseverancia. Se muestran aquellos que son capaces de aprovechar las oportunidades para lograr el éxito y la felicidad.