1. El té negro de rosas exuda una encantadora fragancia floral que es embriagadora. Al entrar en la boca, el líquido del té está tibio y se desliza suavemente sobre la punta de la lengua. La suavidad del té y la riqueza del té negro se entrelazan para crear un sabor único. El sabor ligeramente amargo del té negro se mezcla con la fragancia de los pétalos de rosa, equilibrando el amargor del té y suavizando el sabor. La sopa de té va acompañada de un ligero dulzor, como si estuvieras saboreando la fragancia de un ramo de flores.
2. Al probarlo, el aroma del té florece en la boca, exudando gradualmente una rica fragancia de rosas, como si estuvieras en un mar de flores. El té líquido tiene un sabor rico y pleno, con un toque de suavidad sedosa, que hace que las personas sientan la textura del té y la ternura de las rosas.