La característica de las enanas blancas es que son pequeñas, algunas tan grandes como la luna, pero su masa es muy grande y su luminosidad pequeña. La primera estrella enana blanca descubierta fue una estrella compañera de Sirio. Esta enana blanca es mucho más pequeña que el Sol, con un diámetro de sólo una quincuagésima parte del Sol. Sin embargo, su masa es aproximadamente la misma que la del sol y su densidad es de 175 kilogramos por centímetro cúbico. Posteriormente se descubrieron más enanas blancas, algunas con densidades de hasta más de diez toneladas por centímetro cúbico. De esta forma, la gravedad superficial de la enana blanca será muy grande. Una persona que pesara cien kilogramos o más se convertiría en cientos de miles de toneladas en una enana blanca.
Cuando el Sol se convierta en una enana blanca, ya no habrá reacciones termonucleares en su interior y sólo podrá depender del enfriamiento para emitir luz. Después de aproximadamente mil millones de años, la energía se agota y el sol se convierte en una estrella enana negra oscura, fría, corta y pequeña que no emite luz. Las enanas negras son el fin del sol. En cuanto a cómo seguirá cambiando la enana negra, los astrónomos sólo han dado algunas opiniones especulativas. Una posibilidad es que se rompa en pedazos y se convierta en materia interestelar, impregnando el espacio interestelar y convirtiéndose en la materia prima para la formación de la próxima. generación de estrellas; la otra posibilidad es que se vuelva a acumular. La materia interestelar circundante se quemó nuevamente y volvió a la vida. Entonces, en el futuro, ¿el Sol se convertirá en una estrella de neutrones más densa o incluso en un agujero negro?
Según cálculos de los científicos, creen que el sol sólo puede convertirse en una estrella enana blanca y no puede convertirse en una estrella de neutrones ni en un agujero negro. Esto se debe a que la masa dentro del Sol no es lo suficientemente grande como para causar una presión de colapso insuficiente y la materia no puede comprimirse tan densamente como las estrellas de neutrones y los agujeros negros.