(1) A nivel macro, existen riesgos legales, riesgos sistémicos, protección del consumidor y otras cuestiones. En la actualidad, las cuestiones legislativas del comercio electrónico y los pagos electrónicos aún no se han resuelto, el concepto de dinero electrónico y las regulaciones relacionadas aún no se han aclarado y muchas leyes y regulaciones no se han aplicado. En segundo lugar, está el riesgo sistémico causado por la quiebra de un único emisor. Si un emisor pierde confianza en la moneda electrónica debido a una mala gestión, otros emisores de moneda electrónica también enfrentarán el riesgo de corridas. Además, en ausencia de una supervisión estandarizada, al público le resulta difícil identificar eficazmente las calificaciones y el nivel crediticio de los emisores. Cómo alertar eficazmente de los riesgos y proteger los derechos e intereses públicos se ha convertido en un problema difícil. Además, el ocultamiento, la velocidad y el carácter transfronterizo de los pagos por Internet hacen que la moneda electrónica sea inevitablemente una herramienta de blanqueo de dinero para los delincuentes.
(2) A nivel micro, los emisores de moneda electrónica tienen riesgos técnicos y riesgos crediticios. Las entidades emisoras de moneda electrónica de mi país incluyen bancos, instituciones financieras no bancarias, empresas de Internet y otras empresas. Debido a la débil base profesional financiera de algunos emisores, especialmente la falta de estándares técnicos de seguridad obligatorios en nuestro país, los emisores de moneda electrónica tienen graves lagunas de gestión y riesgos de seguridad, y las fallas del software o hardware del sistema afectarán la disponibilidad de la moneda electrónica. En segundo lugar, la estructura irrazonable de activos y pasivos del emisor y su inversión altamente concentrada conducirán a una liquidez insuficiente y a riesgos de incumplimiento. Además, el pago y la circulación de moneda electrónica dependen en gran medida de diversas redes, y existen diversos riesgos operativos, como apropiación indebida intencional de cuentas ajenas, delitos internos del emisor e intrusiones maliciosas por parte de piratas informáticos, etc., que perjudicar los intereses de los poseedores de moneda electrónica. Es aplicable a todas las monedas digitales como Bitcoin y Yuan tailandés.