Según las observaciones de los científicos, los pájaros carpinteros golpean la corteza de los árboles cientos de veces al día, y el impacto en sus cabezas equivale a 1.000 veces la fuerza de la gravedad, sin siquiera sufrir conmociones cerebrales. El secreto está en el “casco de choque” del pájaro carpintero.
Resulta que hay un espacio muy estrecho y una pequeña cantidad de líquido entre el cráneo y el cerebro del pájaro carpintero, lo que dificulta mucho la propagación de las ondas de choque. Al mismo tiempo, el cráneo es esponjoso, formando un excelente cojín protector que absorbe los impactos.
Así que los constructores mejoraron el diseño del casco basándose en la estructura fisiológica del pájaro carpintero. Hay un cierto espacio entre la cubierta de la gorra y el forro de la gorra, y se agrega un forro suave y un cinturón de anillo protector. Puede amortiguar y dispersar el impacto instantáneo.