Júpiter es el planeta más grande y de rotación más rápida entre los ocho planetas del sistema solar, y el quinto planeta de adentro hacia afuera. Su masa es una milésima parte de la del Sol y 2,5 veces la masa combinada de los otros siete planetas del sistema solar.
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno son planetas gaseosos, por lo que los cuatro se denominan colectivamente planetas similares a Júpiter (Júpiter y Saturno se denominan colectivamente planetas gigantes). Júpiter es un planeta gigante gaseoso, compuesto principalmente de hidrógeno, seguido de helio, que representa el 25% de la masa total, y el 70% de todos los planetas del sistema solar. El núcleo rocoso contiene otros elementos más pesados.
Los planetas gaseosos no tienen superficie sólida y la densidad de su material gaseoso aumenta con la profundidad. Lo que los humanos suelen ver son las cimas de las nubes en la atmósfera, donde la presión es ligeramente superior a 1 atmósfera.
Júpiter aparece como un esferoide achatado (con un ligero pero claramente visible bulto cerca del ecuador) debido a su rápida rotación. La atmósfera exterior está claramente dividida en múltiples zonas según la latitud, y es probable que se produzcan turbulencias y tormentas en los bordes de cada zona.
El ejemplo más sorprendente es la Gran Mancha Roja, que se descubrió por primera vez utilizando telescopios en el siglo XVII. Rodeando al planeta hay un sistema de anillos débil y una magnetosfera fuerte. Júpiter tiene al menos 69 lunas.
En 2017, los astrónomos descubrieron dos nuevos satélites de Júpiter, elevando a 69 el número de satélites conocidos de este gigante gaseoso.
En 2018, científicos estadounidenses descubrieron 12 nuevos satélites de Júpiter, elevando el número total de satélites conocidos de Júpiter a 79.