Bajo la tentación del complejo de adoración de ídolos, los "fans" de hoy han caído en el atolladero del consumismo. La compra de productos relacionados con celebridades se considera una forma de comunicación e interacción. En este tipo de imaginación de consumo, los medios de comunicación proponen a los "fans" una propuesta similar al "límite matemático": puedes seguir consumiendo todos los productos relacionados con los ídolos para acercarte a tu ídolo. Los "fanáticos" son adictos al placer que brinda el consumo, disfrutan del ilusorio llamado contacto cercano con los ídolos y se convierten en víctimas inconscientes de la economía de las celebridades. En el proceso de idolatría, los fanáticos pueden dar rienda suelta a sus emociones y olvidar temporalmente la depresión y la depresión en la vida real.
Al mismo tiempo, para demostrar su gusto estético, buscan personas con ideas afines para compartir sus sentimientos de idolatría y, a través de la comunicación e interacción mutuas, construyen confianza y reconocimiento emocional, formando así un sistema de subcultura. Es fácil formar polarización grupal. Según el principio de anonimato, el comportamiento colectivo significa que están sumergidos en la multitud y en un "estado de anonimato" sin vínculos sociales. En este estado pierden el sentido de responsabilidad social y autocontrol, y realizan diversas conductas para desahogar sus impulsos instintivos bajo el control psicológico de no quejarse de los demás.
Por eso llamamos a idolatrar la razón.