La razón por la que la profesión docente se considera riesgosa es porque la tasa de fertilidad está disminuyendo. En el futuro, habrá cada vez menos estudiantes y menos profesores. Especialmente desde 2019, la población ha mostrado un crecimiento negativo. Según las estadísticas pertinentes, hubo 2.0117,85 millones de nacimientos, pero las estadísticas de 2021 muestran que el número de nuevos nacimientos es de sólo 65.438. En otras palabras, en sólo 10 años, la población se redujo en un 40% con respecto a su nivel original. Los efectos secundarios de la disminución de la población aún no son obvios, pero pueden volverse cada vez más evidentes alrededor de 2026.
El editor cree que la ola de trabajadores despedidos no se producirá porque la escuela es, después de todo, una unidad institucional popular. No es como una empresa privada. Una vez que surjan problemas económicos, recurrirán a despidos para proteger sus propios derechos e intereses. La razón por la que cada vez más jóvenes acuden en masa al sistema es que el sistema es relativamente estable. Incluso si la población disminuye drásticamente y el número de docentes aumenta en el futuro, es poco probable que veamos despidos a gran escala. A menos que la contradicción sea especialmente grave, por ejemplo, los salarios de los profesores locales son cada vez más bajos, hay grandes problemas financieros, hay una mayor presión de la opinión pública o incluso las escuelas están vacías porque no hay estudiantes y los profesores no tienen nada que hacer. Al hacerlo piensan en reducir el personal, de lo contrario el plantel docente no cambiará.
Además, en algunas áreas remotas, los recursos docentes son en realidad extremadamente escasos y pocas personas están dispuestas a enseñar en condados pequeños y atrasados, lo que hace que los recursos educativos locales se vuelvan cada vez más atrasados. En resumen, el editor cree que los docentes no serán despedidos en el futuro, pero con la reforma educativa aumentará el umbral de ingreso para los futuros docentes.