En primer lugar, el teorema de equivalencia ricardiana revela la naturaleza del endeudamiento público. La deuda pública no es más que sustituir los impuestos actuales por impuestos públicos futuros. Las obligaciones tributarias de los consumidores no se eliminan, sino que simplemente se posponen. Es decir, la deuda pública es un impuesto diferido. La deuda pública reemplaza a los impuestos y las obligaciones tributarias derivadas de los planes de gasto del gobierno se difieren, por lo que los consumidores pueden aumentar el consumo debido a la disminución del valor presente de los impuestos y al aumento de la riqueza actual. Por lo tanto, analizar los efectos fiscales de la deuda nacional en lugar de impuestos es de gran importancia para el gobierno.
En segundo lugar, el argumento de Barro es que cada consumidor actual y futuro siempre se preocupará por su propio consumo y el de las generaciones futuras, lo que plantea la cuestión de si el gobierno debe pagarle mediante un aumento de la deuda tributaria. Si el gobierno puede refinanciar la deuda emitiendo nueva deuda para pagar la deuda anterior sin aumentar los impuestos para pagar el principal y los intereses de la deuda pública, entonces la carga fiscal actual no cambiará en el futuro. La inevitable reducción de la carga fiscal actual de los consumidores conducirá a un aumento de la renta disponible de los consumidores. Esto conduce a un aumento en el gasto de los consumidores.
En tercer lugar, la deuda pública se ha convertido en un importante medio de macrocontrol para los gobiernos en la sociedad moderna. Del análisis anterior podemos saber que si la expansión del gasto público se logra aumentando los impuestos en lugar de emitiendo bonos, entonces la gente reducirá su consumo actual. Sin embargo, si la expansión del gasto público no se obtiene mediante impuestos, sino que se mantiene mediante la emisión de bonos, entonces el público al menos no reducirá su nivel de consumo inmediato. Diferentes formas de ingresos gubernamentales conducirán a ajustes en el comportamiento económico de las personas y, por lo tanto, tendrán diferentes impactos en la macroeconomía.
En cuarto lugar, el grado en que los bonos gubernamentales afectan el gasto de consumo del público y, por tanto, el nivel de ingreso nacional, depende de la comprensión que tenga el público de la relación entre la deuda y las cargas tributarias futuras. por lo tanto. El grado en que los bonos gubernamentales son considerados riqueza neta por el sector privado juega un papel decisivo en el impacto real de la transformación de los bonos gubernamentales orientada al mercado. Se basa en este principio de que cuando la economía está deprimida, el gobierno adopta el enfoque de emitir bonos en lugar de aumentar los impuestos, lo que tiene un impacto expansivo en la demanda agregada. Tobin argumentó: "La financiación mediante deuda desplaza el stock de capital hasta cierto punto. Los keynesianos y los teóricos conservadores como Buchanan sostienen esta opinión... La política fiscal keynesiana puede funcionar en el corto plazo. En otras palabras, la emisión de bonos para reemplazar los impuestos actuales estimulará consumo actual; en caso de empleo insuficiente, la expansión de la demanda agregada real causada por él aumentará la producción y el empleo.