Poesía y prosa de Longfellow

La vida en alabanza de Henry Wadsworth Longfellow

¡No me digas con poemas tristes que la vida no es más que un sueño!

Un alma dormida está muerta, y la verdad y la apariencia de las cosas son diferentes.

¡La vida es real! ¡La vida es real! Su destino no es una tumba estéril.

Polvo eres y al polvo volverás. Esto no tiene nada que ver con el alma.

Nuestro destino no es disfrutar ni sufrir;

Es actuar, cada mañana para estar hoy un paso más lejos que antes.

El arte es eterno, el tiempo vuela, pero nuestro corazón, aunque valiente y firme;

sigue como un tambor sordo, acompañando el dolor y la música hasta la tumba.

En el vasto campo de batalla de este mundo, en este campo de la vida;

No imites a esos animales tontos que son ahuyentados por otros, ¡sé un héroe en la batalla!

¡No confíes en el futuro, por muy encantador que sea! ¡Que el pasado quede enterrado para siempre!

¡Vamos! ¡Aprovecha el tiempo ahora! ¡La conciencia está en el corazón, Dios está en la cabeza!

Las vidas de grandes hombres nos dicen que podemos vivir una vida noble,

Y cuando dejes este mundo, deja huellas en la arena del tiempo;

>Tal vez tengamos un hermano navegando en el mar solemne de la vida,

El barco se hunde Cuando estés desesperado, verás esta huella y te animarás.

¡Entonces levantémonos y hagámoslo! Sé valiente ante cualquier destino;

Sigue progresando y persiguiendo, aprende a trabajar y aprende a esperar.