Cuando Corea del Norte llevó a cabo reformas monetarias, tomó una serie de medidas para evitar una crisis financiera.
En primer lugar, el gobierno norcoreano ha controlado el ritmo y la escala de la reforma monetaria reforzando la supervisión y la revisión para evitar un impacto excesivo en la economía.
En segundo lugar, el gobierno norcoreano ha reforzado la supervisión y el control de las instituciones financieras para evitar la aparición de riesgos financieros.
Además, el gobierno norcoreano también ha reforzado la supervisión del mercado de divisas para evitar la especulación.
Por lo tanto, aunque la reforma monetaria de Corea del Norte causó cierta controversia y críticas, no condujo a una crisis financiera.