"Chai" es lo mismo que "aldea", cerca. Este es el nombre de un lugar. El poema paisajístico "Chai Lu" de Wang Wei, un poeta de la dinastía Tang, está lleno del reino de la pintura, que contrasta fuertemente con la tranquilidad, el vacío y las palabras claramente audibles de la montaña vacía. Es un método artístico que combina movimiento y quietud, expresando la búsqueda y el amor del poeta por el reino etéreo de la naturaleza. Este es también uno de los placeres de su reclusión en Wangchuan.
El texto original es el siguiente:
Chai Lu
Tang·
No se ve a nadie en el valle silencioso, solo se pueden escuchar las voces de las voces.
La sombra del sol poniente brilla en las profundidades del bosque y el paisaje sobre el musgo es agradable.
Traducción:
La montaña está vacía y silenciosa, no se ve a nadie, sólo se escuchan las voces de la gente.
La luz dorada del sol poniente penetra profundamente en el denso bosque y brilla sobre el musgo en la oscuridad.
La primera oración describe primero la montaña vacía desde el frente, enfocándose en la montaña vacía y la montaña fría, luego, en la segunda oración, el reino emerge repentinamente, con un "sonido" parcial y temporal para establecer; fuera del vacío general y de largo plazo; la tercera oración La tercera y cuarta oraciones describen la montaña vacía y luego el bosque profundo, desde el sonido hasta el color. El lenguaje de todo el poema es fresco y natural, utiliza la técnica del movimiento para desencadenar la quietud y utiliza partes para resaltar la situación general, para infiltrar el espíritu zen en la vívida descripción del paisaje natural, creando un reino tranquilo y profundo.
Este poema encarna la combinación de poesía, pintura y música. La gente corriente percibe fácilmente el silencio y la oscuridad; pero el silencio con el sonido y la oscuridad con la luz se notan menos. Precisamente gracias a la singular sensibilidad del poeta como pintor y músico hacia el color y el sonido, captó el estado de tranquilidad único expresado en el momento en que las voces de la gente en la montaña vacía resonaron y el bosque profundo volvió a ver la luz. Pero esta sensibilidad es inseparable de su meticulosa observación de la naturaleza y su concentración en el silencio.