Nunca pienses que puedes deificarte menospreciando a los demás. En lugar de tener esta idea equivocada, es mejor que te plantes la idea de que otras personas pueden servirte muy bien como guías, lo que ciertamente no te quita el derecho a la independencia. En resumen, eso es lo que deberían hacer nuestros futuros ciudadanos: aprender a respetar las prioridades de la naturaleza y mantener nuestra fe.
¿Quién traducirá?
No creas que puedes mejorar menospreciando a los demás. No tengas este falso sentimiento de vergüenza. Dejar que otros sean tus guías no te quita la independencia. En definitiva, debemos aprender a respetar la superioridad de la naturaleza sin perder la confianza. Así serán nuestros futuros ciudadanos.