Hace unos 8.000 años, antes de que los ándalos desembarcaran, hubo un largo invierno, que las generaciones posteriores llamaron la Larga Noche. Los Hijos del Bosque y los Ancestros lucharon contra los fantasmas alienígenas en la Guerra del Amanecer, que finalmente fue expulsada a la Tierra del Invierno Eterno.
Los hijos de los antepasados de la Iglesia del Bosque adoraban a los Dioses Antiguos, pero después de la invasión de los Ándalos, la Fe de los Siete reemplazó en gran medida a los Dioses Antiguos del sur. La relación entre los hijos del bosque y los humanos se fue volviendo cada vez más distanciada hasta el final. Cuando llegamos a Egan, no había habido señales de los Niños del Bosque durante miles de años.
Después de la Guerra del Alba, la relación entre los ancestros y los Hijos del Bosque tendió a relajarse, pero estos últimos poco a poco comenzaron a alejarse de los humanos hasta cruzar la Gran Muralla de la Desesperación y alcanzar las profundidades de el bosque.
Está registrado en la Biblioteca de la Guardia Nocturna que durante la Edad Heroica, los Niños del Bosque le daban a la Guardia Nocturna 100 dagas de obsidiana cada año.