La producción actual de audiolibros se puede calificar de "caótica". Sin estándares unificados y una revisión estricta de las calificaciones, esta confusión sigue sin resolverse. En este sentido, se pueden utilizar el registro de nombres reales, el archivo de contenidos, el seguimiento y las verificaciones aleatorias para restringir esto.
La industria y el entorno social no han formado buenas costumbres culturales. Con una base legal práctica, la difusión de malos audiolibros puede frenarse efectivamente; sólo con una sana moda cultural los malos audiolibros pueden perder su mercado; Al mismo tiempo, en lo que respecta a los derechos de autor de audiolibros, es imperativo establecer y mejorar las leyes y regulaciones pertinentes sobre derechos de autor en línea.
El gobierno chino apoya firmemente el desarrollo de bibliotecas digitales y ha incluido el proyecto de biblioteca digital en el "Plan 863", lo que demuestra plenamente que la difusión de audiolibros en Internet tiene fuertes ventajas políticas. Para garantizar el cumplimiento de la difusión de audiolibros en línea, los sitios web deben inspeccionar estrictamente los audiolibros cargados mientras los distribuyen y castigar severamente a los sitios web que tengan problemas.