Esta frase proviene del rey visigodo Alarico;
Hacia el siglo V, los asuntos internos del Imperio Romano de Occidente eran corruptos, y el cada vez más poderoso nacional germánico Las fuerzas eran una seria amenaza para Roma.
El rey visigodo más poderoso entre los pueblos germánicos, Alarico, siempre había querido capturar Roma, pero fue derrotado repetidamente por el general romano occidental Estilicón.
Los dos bandos lucharon entre sí durante casi quince años, y Alaric fue derrotado a menudo por Stilico;
A pesar de las repetidas derrotas, Alaric nunca se rindió.
En el año 407 d.C., el emperador romano de Occidente Honorio destruyó la Gran Muralla y mató a Estilicón por traición.
Alarico, que se encontraba en ese momento en Eslovenia, se rió al enterarse de la noticia del asesinato de Estílico: "Por fin nadie podrá impedirme ir a Roma".
Cuando su general preguntó: "¿Quiero saber por dónde piensa llegar el rey a Roma?"
El rey visigodo sonrió y pronunció el famoso dicho: Todos los caminos llevan a Roma.