1. Creer en la ley. Debemos creer en la ley, creer en la ley, establecer un concepto firme de defender y creer en la ley y mejorar la confianza y el reconocimiento de la ley. Para que la ley funcione, la sociedad en su conjunto debe creer en ella.
2. Obedecer la ley. Debemos utilizar acciones prácticas para defender la dignidad de la ley y garantizar su implementación. La participación en actividades sociales y el comportamiento personal deben basarse en la ley y no deben violar normas legales.
3. Obedecer la ley. Debemos apoyar las disposiciones de la ley, aceptar las limitaciones de la ley, cumplir con las obligaciones legales, obedecer la gestión de acuerdo con la ley y asumir las responsabilidades legales correspondientes.
4. Respetar la ley. Esfuércese por ser el guardián de la autoridad legal, el guardián de la equidad y la justicia y el protector de la conciencia.
Datos ampliados:
El establecimiento de la autoridad legal se basa principalmente en la coerción externa y la persuasión interna de la ley. La capacidad de persuasión interna de la ley es la base interna de la autoridad legal, y la fuerza coercitiva externa necesaria es una condición indispensable para establecer la autoridad legal. Sólo cuando una persona verdaderamente reconoce, confía y cree en la ley desde el fondo de su corazón puede salvaguardar conscientemente la autoridad de la ley.
Porque la creencia jurídica se refiere a la creencia del público en los valores éticos contenidos en el orden jurídico, es decir, la creencia del público en la lealtad a la ley. La creencia religiosa se refiere a la creencia de las personas que creen en una religión específica en objetos sagrados, lo que resulta en creencias ideológicas inquebrantables, por lo que existe una diferencia esencial entre ambas.