La historia científica de Boyle

En 1657, con la ayuda de Robert Hooke, mejoró la bomba de aire inventada por Otto Glick. En 1659 se fabricaron los auriculares Boyi y el motor eólico. Luego utilizó este dispositivo para estudiar las propiedades de los gases y publicó los resultados de su investigación en 1660.

Algunas personas se han opuesto a este documento. Para contrarrestar esta objeción, Boyle afirmó que a una temperatura determinada, la presión de un gas es inversamente proporcional a su volumen. El físico francés Edmé Marriott obtuvo el mismo resultado, pero no se publicó hasta 1667. Así, en los países de habla inglesa, esta ley se llama ley de Boyle, mientras que en Europa continental se llama ley de Edem Mallot.

En 161, Boyle publicó "El químico escéptico". En este libro, Boyle criticaba la antigua teoría de los cuatro elementos y creía que en la investigación científica, todas las sustancias que componen la materia no deberían llamarse elementos, sino que deberían adoptar una visión similar a la de Hermont, al considerar que no son transformables. entre sí y no pueden reducirse como elementos a algo más simple.

Dijo: "Cuando digo elementos... me refiero a primitivos, simples, completamente puros. Los elementos no pueden estar compuestos de ningún otro objeto, ni entre sí. Elementos Es el componente que sintetiza directamente el llamada mezcla completa, y también es el elemento en el que finalmente se descompone la mezcla completa ”

Sin embargo, diferentes agregaciones de partículas elementales conducen a diferentes propiedades. Boyle es considerado el fundador de la química moderna porque hizo importantes contribuciones al desarrollo de la química tanto en experimentos como en teoría. Su trabajo sentó las bases iniciales de la química moderna.

Vida anterior

Después de 1689, la mala condición física de Boyle continuó deteriorándose. Se retiró de todas las actividades sociales, puso fin a su relación con la Royal Society y se disculpó públicamente por no poder recibir visitas. En esta vida apartada, planeó organizar sus pensamientos y artículos, con la esperanza de participar en alguna investigación química secreta y transmitirla a las generaciones futuras.

El 12.30 de 1691, Boyle falleció apenas una semana después de la muerte de su hermana. Enterrado en el cementerio de la iglesia de San Martín, según su testamento, donó el manuscrito de su conferencia sobre la existencia de Dios para que fuera discutido por estudiosos posteriores.