Entre los vagabundos, a menudo escuchamos tales suspiros: indefensos, forzados por la vida; los vagabundos sufren, deambular no es fácil, deambular vive bien cada día, dondequiera que vayas, simplemente desaparece; ...
¿Es esta una vida errante? No, la vida errante no es impotencia, tristeza o destino. En mi opinión, el agua corriente no se pudre y la vida errante debería ser más vívida.
La vida errante es más fresca. La vida está en todas partes y siempre hay desafíos. En la vida es necesario tener la perseverancia para escalar montañas y el coraje para conquistar el desierto. También deberías disfrutar de los pequeños puentes y el agua que fluye, y el sabor de las vigas talladas y los edificios pintados. Caminando por el sureste, noroeste, primavera, verano, otoño e invierno, y el mar de gente, esta vida no es en vano.
La vida errante es más apasionante. A miles de kilómetros de distancia, el mar es cálido y romántico; el mar es tormentoso, paciente y tenaz. Por un lado, está el orgullo del agua y la tierra, y por otro, está el alma del estilo; por otro, está la suavidad del agua y la tierra, y la ebullición de la sangre; Montañas, crestas, viento y olas desafían tus nervios y tu vida.
La vida errante es más poderosa. Por experiencia soy indiferente; por indiferencia soy fuerte. Estoy acostumbrada a ver los ojos blancos, a escuchar regaños, a que me hagan daño, a llorar, a poder soportar la soledad, ya estoy acostumbrada. ¿Qué más puede poner a prueba mi vida? Una vida así, aunque padezca fiebre tifoidea, es indestructible; aunque las vicisitudes de la vida sean amargas, es rica y próspera, aunque turbulenta, es fresca e intensa;
Caminando en la desolación, florecen flores de felicidad;
Caminando en la prosperidad, mostrando el estado de los personajes.