En segundo lugar, un gobierno basado en la ley debe servir al gobierno. La base del Estado de derecho es proteger los derechos básicos del pueblo. Para construir un gobierno de derecho, debemos adherirnos al pensamiento orientado a las personas, prestar atención al control del poder administrativo y a la protección de los derechos de las contrapartes, continuar promoviendo una administración racionalizada y delegar poder, supervisar estrictamente el operación del poder, fortalecer la conciencia de servicio de los departamentos funcionales del gobierno y su personal, y mejorar los métodos de gestión, encontrar el posicionamiento y el comportamiento de roles correctos, y transformarse de un gobierno regulador a un gobierno orientado a los servicios.
En tercer lugar, un gobierno regido por el Estado de derecho debe ser un gobierno limpio. La integridad es la piedra angular de la credibilidad del gobierno. Si la corrupción no se frena y resuelve eficazmente en el proceso de construcción de un gobierno basado en la ley, la gente no confiará en el gobierno. Debemos utilizar reglas perfectas y sistemas legales estrictos para restringir y estandarizar el funcionamiento del poder y el comportamiento del gobierno, mejorar continuamente la apertura y transparencia del proceso administrativo, prevenir y controlar la corrupción desde la fuente y dejar que el poder opere al sol.