Los descendientes de la familia Hemingway no son inmunes a repetir la tragedia de sus antepasados. Su hijo mayor, Jack, tuvo una pelea con su esposa después de casarse, y tanto él como su esposa bebieron mucho para aliviar sus preocupaciones. Su esposa finalmente murió de cáncer. Al vivir en un ambiente tan familiar, la hija mayor de Jack, Muffet, y la segunda hija, Margot, también contrajeron una serie de malos hábitos. Sufrieron una depresión maníaca severa debido al abuso de drogas y finalmente tuvieron que recibir tratamiento obligatorio. En 1996, 35 años después de que Hemingway se suicidara tragándose un arma, su nieta Margot fue encontrada muerta misteriosamente. Las autoridades pertinentes finalmente dictaminaron que Margot se suicidó.