2. En segundo lugar, en la educación diaria de los niños, es necesario compensar en cierta medida las deficiencias del padre, cultivar más coraje en los niños y dejar que los niños aprendan a atreverse a afrontar los reveses. y dificultades.
3. Finalmente, debemos guiar y ayudar activamente al niño a deshacerse de su inferioridad interior y, al mismo tiempo, brindarle una orientación más razonable en su crecimiento y camino de vida en términos de interacción con los demás.