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"Noche estrellada" es una pintura al óleo creada por el pintor postimpresionista holandés Vincent Van Gogh en 1889 en un hospital psiquiátrico de Saint-Remy, Francia. Es una de las obras maestras de Van Gogh y ahora se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Van Gogh nació el 30 de marzo de 1853 en el pueblo holandés de Dherdt en el seno de una familia de sacerdote protestante. En sus primeros años, trabajó como empleado, agente comercial y misionero en una comunidad minera. Con el tiempo se dedicó a la pintura.
Su estilo pictórico inicial fue realista, influenciado por la pintura tradicional holandesa y la escuela realista francesa. En 1886 llegó a París, conoció a pintores impresionistas y neoimpresionistas y entró en contacto con el Ukiyo-e japonés. La ampliación de sus horizontes cambió enormemente su estilo pictórico.
En 1888 llegó a Arles, una pequeña ciudad del sur de Francia, y escribió "El puente colgante de Arles"; ese mismo año entró en contacto con el pintor Paul Gauguin, pero debido a sus personalidades Debido a conflictos y diferencias de ideas, la cooperación fracasó rápidamente.
Después de eso, Van Gogh sufrió frecuentes episodios de locura (alguien lo registró como "epilepsia"), pero aún así insistía en pintar cuando estaba consciente. En 1889 se creó el cielo estrellado. En julio de 1890, Van Gogh enloqueció y se pegó un tiro. Tenía 37 años.
En esta pintura, Van Gogh utilizó técnicas exageradas para representar vívidamente un cielo estrellado lleno de movimiento y cambio. Toda la escena es engullida por un furioso torrente azul verdoso. Las nebulosas giratorias, inquietas y curvadas hacen que el cielo nocturno sea extremadamente activo, y las escenas alejadas de la realidad reflejan las emociones inquietas y el loco mundo de alucinaciones de Van Gogh.
"La noche estrellada" es una de las obras maestras del pintor postimpresionista Van Gogh. En esta pintura, el cielo nocturno es alto y lejano, con estrellas grandes y pequeñas girando en el cielo nocturno. La luna llena dorada forma un enorme remolino y las cortas líneas de nebulosas están enredadas y arremolinándose, como para formar personas. ver el paso del tiempo. Los cipreses de color verde oscuro y marrón son como una enorme llama, una respuesta al carnaval de la noche estrellada. Bajo el cielo, el pueblo dormido es tan pacífico y pacífico. El tono azul claro y las líneas dinámicas dan a las personas una sensación de libertad en el tiempo y el espacio.
A través de este cuadro, Van Gogh no quiso utilizar el vasto universo para reflejar la insignificancia del ser humano y hacer que la gente sintiera miedo, sino transmitir un espíritu de no doblegarse ante el destino. Las nebulosas arremolinadas en el cielo parecen girar y bailar como flores en flor. Aunque las ramas flexibles son débiles, son arrastradas sin miedo hacia el cielo. Y el enorme ciprés que se eleva hacia el cielo parece una llama negra, extendiendo inquebrantablemente sus ramas y hojas. Transmitir la angustia interior y la melancolía del autor. También muestra las luchas y luchas del ser humano.
Desde el punto de vista compositivo, la composición de la imagen es extremadamente precisa. En la imagen, los árboles realzan el cielo y las casas de abajo sostienen el universo sin límites, logrando un delicado equilibrio en la composición. Especialmente las líneas de esos cipreses son suaves y únicas, como el propio Van Gogh describió una vez: "Esos cipreses siempre ocupan mi mente; nadie los ha pintado nunca como yo los veo, lo cual me sorprende... Las líneas y proporciones de los cipreses son tan hermosos como las pirámides y los minaretes de Egipto: toques de negro en el claro paisaje".
En términos de técnica pictórica, Van Gogh adoptó algunas de las características del preimpresionismo. En lugar de Usar líneas y superficies simples para representar objetos. En cambio, los puntos se utilizan para expresar la luz y la sombra de los objetos, logrando efectos que las pinturas tradicionales no pueden lograr. Al mismo tiempo, se centró en el uso de la exageración y el contraste para añadir movimiento a las luces y las sombras.
La pequeña ciudad representada con líneas horizontales cortas y claras en primer plano contrasta marcadamente con los trazos curvilíneos dominantes en la parte superior de la pintura. La intersección de la esbelta aguja de la iglesia y el horizonte, y las copas de los cipreses que atraviesan las nebulosas arremolinadas, dan a la imagen una sensación de fluidez.
El tono da una sensación pesada, reforzando la oscuridad de la noche. Los cipreses en primer plano son de color verde oscuro y marrón, lo que significa que por la noche están envueltos en la oscuridad. Los blancos y amarillos brillantes representan las estrellas y el halo que las rodea, dando una sensación cálida y brillante. Van Gogh utilizó pinceladas gruesas y cortas para entrelazar líneas curvas y giratorias. Los gráficos en forma de ondas hacen que la pintura presente una escena de fantasía deslumbrante. El cielo giratorio en la pintura contrasta con el tranquilo pueblo.
En la gran nebulosa que fluye en tonos fríos brilla una luna naranja que ilumina la silenciosa casa nocturna como un faro. Los fantásticos colores dejan una profunda impresión en la gente. Toda la imagen está coordinada por colores. Las tonalidades son apropiadas, la profundidad es moderada y combina muy bien con la atmósfera del cuadro.
Desde la perspectiva de las características artísticas, esta pintura es en cierto sentido una ilusión que vio. Esta ilusión va más allá de cualquier intento de los artistas medievales de expresar el gran misterio del cristianismo. Proviene de la intuición o expresión espontánea del pintor y no está sujeto a procesos de pensamiento racional ni a técnicas rigurosas.
Van Gogh demostró audazmente su experiencia de fantasía sobrenatural, o al menos supersensual, con su pincelada ardiente, que demostró la exploración del pintor del uso de la fantasía como un medio para expresar su mundo subjetivo.