En segundo lugar, el barquero se pone a sí mismo en el centro y llega a la conclusión de que está sacudiendo el mar, lo que puede combatir la arrogante mentalidad de rana de algunas personas hoy en día.
En tercer lugar, por extensión, el agua puede arrastrar un barco, pero también puede volcarlo. El barquero es el líder y las gaviotas son el pueblo.
Solo como referencia.