En comparación con la educación tradicional, las ventajas de la educación inmersiva son que es más intuitiva, interactiva y personalizada. En un entorno educativo inmersivo, los alumnos pueden comprender y dominar profundamente el contenido de aprendizaje como si estuvieran experimentando el contenido de aprendizaje ellos mismos, logrando así una mejor transformación del conocimiento. Además, la educación inmersiva también puede ayudar a los alumnos a desarrollar mejor su potencial y cultivar cualidades importantes como el liderazgo y la innovación.
La educación de inmersión no se limita necesariamente a la educación escolar. Además de las excursiones comunes, los simulacros y el aprendizaje experiencial, también puede incluir experiencias culturales, actividades sociales, experiencias de viaje y otras formas, lo que permite a los estudiantes desarrollarse de manera más integral en términos de intereses, pasatiempos, experiencia y necesidades de conocimiento. Por lo tanto, la educación inmersiva no sólo es aplicable al campo de la educación, sino que también puede aplicarse a la formación de talentos, el desarrollo profesional y otros campos, convirtiéndose en un método educativo dinámico e innovador.