La historia del brandy se remonta al siglo XVII. En aquella época, el rey Luis XIV de Francia prohibió todas las costumbres de elaboración del vino, creyendo que el vino sería perjudicial para la salud de las personas, pero lo permitió. destilar vino para convertirlo en licor fuerte. En las circunstancias de la época, este licor fuerte se producía para las necesidades de los ejércitos y ejércitos marítimos, y se utilizaba para proteger los intereses económicos y nacionales de Francia.
A principios del siglo XVIII, el brandy se hizo popular en Kohler, Pons, y era conocido como la "chispa en el agua". El brandy se convirtió rápidamente en una bebida aristocrática, lo que indicaba que la bebida era de alta calidad y calidad.
En el siglo XIX, el brandy amplió aún más su mercado y se convirtió en una de las bebidas más populares en Francia en aquella época. Sus gustos son cada vez más diversos, como diferentes grados de brandy, como V.S., V.S.O.P, X.O., para satisfacer las necesidades de los diferentes consumidores.
A principios del siglo XX, la producción de brandy había alcanzado un nivel enorme y las marcas de brandy francés surgieron una tras otra. Entre ellas, marcas conocidas como Chateau Lafite, Chateau Malian y Chateau Connor son conocidas como las tres principales bodegas de brandy y todos sus productos son brandy de alta calidad.
Hoy en día, el brandy es una parte integral del mercado mundial de bebidas, con cientos de millones de botellas vendidas cada año. Su valor histórico y cultural también está vinculado al desarrollo económico y cultural de Francia.