Prosa fugaz y onírica

El tiempo es como un sueño Ensayo 1 Cae la noche, sólo las estrellas titilan en el cielo nocturno y no hay nadie al borde del camino. En este momento, la gente se ha quedado dormida dulcemente y solo hay una sombra solitaria sentada frente a la pantalla, pensando y recordando ese momento parecido al agua.

La juventud ha sido desperdiciada y aún no ha despertado. Siempre no hay dónde poner la tristeza en los años fugaces. El amor es como un hilo roto, aunque esté unido, hay un nudo. Tu dura felicidad me pica la nariz y la cara.

El tiempo vuela, y en un abrir y cerrar de ojos han pasado casi dos años. Retengo el pasado incompleto día tras día y las escenas de mi vida parecen repetirse ayer. Todavía las extraño, pero no tengo dónde expresarlas.

El anhelo permanece y el dolor permanece. En los últimos dos años, me he encarcelado en una habitación fría y oscura, desconectado del mundo. No sé cuánto tiempo podré aguantar y no sé a qué me estoy aferrando. Al mirar mi rostro demacrado en el espejo, tal vez se ablande sólo después de un cálido bautismo.

Vi tu dulce sonrisa en mis sueños innumerables veces, así que te llamé, pero no me volviste a mirar.

El cielo en junio es tan aburrido que ni siquiera recuerdo en qué rincón está, dejando atrás mis ansias de amor. Recuerdo vagamente lo que dijimos, quiero casarme contigo, tú quieres casarte conmigo y las promesas que hicimos. Ahora es irreconocible. Una vez me reí de las ilusiones de tus pretendientes, pero los tiempos han cambiado y me han excluido de la multitud.

No puedo dejarlo ir. Esos dulces recuerdos, esas conversaciones desgarradoras, esos hermosos encuentros y separaciones, ¿me resisto a dejarlos ir, o simplemente no tengo el coraje de dejarlos ir?

¿Qué me hace tan decadente? ¿Qué me pone tan triste? ¿Qué me obsesiona tanto? El latido del corazón y la calidez de ese momento se han convertido ahora en recuerdos encantadores que no se pueden abandonar ni atesorar.

El amor se ha ido y yo estoy caminando solo por el camino de la reencarnación. A diferencia de antes, aprendí a esconderme. Porque todos pueden sentir la felicidad en la superficie, pero sólo tú puedes entender el dolor en tu corazón. En este mundo indiferente, el tiempo pasa poco a poco y poco a poco me voy acostumbrando. Estoy acostumbrado a escuchar música triste solo, aunque sea triste; estoy acostumbrado a imaginar solo, aunque sea desesperación. He estado esperando con ansias el día en que alguien pueda entrar en mi sueño y compartir voluntariamente todas mis cosas malas.

Quizás como dicen algunos, si hay demasiada melancolía, el cielo se oscurecerá.

El tiempo vuela como un sueño Ensayo 2 Perdidas, confundidas, desaparecidas, esas sonrisas una vez congeladas. Algunas lágrimas empaparon el salón de clases donde me gradué. Durante la temporada de graduación, el joven frívolo fue borrado y las lágrimas que quedaron también se llevaron el rostro joven. Quizás, al igual que la pintura con arena, una pintura se dibuja cuidadosamente con ambas manos y, al final, es solo una gota de lágrima que borra la prosperidad. Y estas lágrimas son sólo el testimonio de los adultos.

La graduación es una alegría y un dolor indispensables en la vida, y siempre es muy vergonzoso. Como hojas caídas, flotan, soplan, mueren y se marchitan. Es un juego dinámico. Solitario.

Quizás ayer nos reímos. Tal vez solo podamos volver a verte hoy. Parece que aún somos demasiado jóvenes para entender el adiós pactado, por lo que sólo nos queda olvidarlo.

El joven perdido parece tener un atisbo de rebelión. Pero sólo podemos dejar que esos fantasmas llenen los espacios en blanco. La juventud es una gota de agua, siempre tan pura y completa.

El tiempo vuela como el agua, y una vez desaparece, nunca más se puede volver a ver. El tiempo es como una canción, pero los sueños permanecen sin cambios. Escucha, es la calle sin fin, está sonando, es la campana que lleva al final. A veces, tengo miedo de que todo lo que tengo delante sea sólo una ilusión. Tendrá miedo, miedo de irse repentinamente o de volver a encontrarse.

En este vasto mar de personas, fue el destino y aún así te conocí. Pero sé que siempre seremos amigos y extraños por un corto tiempo.

Quizás algún día, escuchando cierta canción y mirando el día gris. Sólo entonces me di cuenta de que estaba en un mundo puramente real y que ya no podía fingir. Tal vez, unos años después, más de diez años después, o décadas después, de repente abro el álbum de fotos y de repente pienso en ti, así que dejaré este mundo con una sonrisa. Llevemos con diferentes decepciones y arrepentimientos, cantemos y bailemos, y vayamos a nuestro paraíso más hermoso lleno de lujo.

Pero espero no olvidar ese salón de clases lleno de diferentes estados de ánimo y ustedes abrazándose.

¿Qué puedo decir ahora? Rompe, rompe, los sueños son siempre enemigos del tiempo.

Los años son tranquilos, los años son fáciles de envejecer y la elegancia está llena de canciones.