Un lechero va al supermercado. Puso la leche en un balde y se la puso en la cabeza.
Mientras caminaba, comenzó a calcular cuánto dinero ganaría ella vendiendo la leche.
"Me compraré un vestido nuevo. Cuando vaya al salón de baile, todos los jóvenes bailarán conmigo." Pensó, inclinando la cabeza hacia atrás. Inmediatamente el balde se le cayó de la cabeza y se derramó toda la leche.
La niña no encontró nada y regresó. Se sintió muy frustrada. "Oh, hijo mío", dijo su madre, "no esperes tus logros hasta que sean exitosos".