Aristóteles fue un científico famoso y de gran reputación en la antigua Europa. Una vez llegó a una conclusión muy famosa: la velocidad de caída de un objeto es proporcional a su masa. Cuanto más pesado es el objeto, más rápido cae. Una bola de hierro de 10 libras y una bola de hierro de 10 libras se dejan caer desde la misma altura. La bola de hierro de 10 libras golpea el suelo primero y su velocidad es 10 veces más rápida que la bola de hierro de 10 libras. Puso un ejemplo: las bolas de hierro siempre caen más rápido que las plumas de los pájaros, las hojas de otoño siempre caen lentamente, pero las manzanas maduras caen más rápido.
Basándonos en el "juicio autorizado" de Aristóteles y en algunos hechos de la vida, casi nadie ha dudado de esta "verdad" durante más de dos mil años.
Finalmente, un día, un joven valiente cuestionó esto: este hombre era el gran Galileo. Pensó: Si una pelota de 100 libras y una pelota de 1 libra se conectan entre sí, déjalas. ¿Qué pasa cuando tú? caer desde una altura?
Así Galileo hizo el famoso experimento de caída libre en la Torre Inclinada de Pisa. Los experimentos han demostrado que, en las mismas condiciones, diferentes objetos de diferente peso caen al suelo al mismo tiempo.
Según la teoría de Aristóteles, llegaremos a la conclusión contraria, es decir, la resistencia del aire por unidad de peso de las plumas de las aves es mucho mayor que la resistencia del aire de las bolas de hierro y las manzanas durante su caída, por lo que hay una bola de hierro El fenómeno de la caída rápida, las plumas de los pájaros cayendo lentamente, las manzanas cayendo rápidamente, las hojas cayendo lentamente, pero esto no afecta la exactitud de la ley de caída libre de Galileo.
Fue al atreverse a cuestionar que Galileo se convirtió en la primera persona en revocar el "juicio autoritativo" de Aristóteles y también en el descubridor de la ley de caída libre en física.
El famoso experimento de la Torre Inclinada de Pisa convirtió a Galileo en una estrella deslumbrante en la historia de la física.
Para innovar debemos dudar de las ideas de nuestros predecesores y plantear nuestras propias preguntas a partir de las conclusiones de nuestros predecesores. Sólo así podremos descubrir las deficiencias de nuestros predecesores y generar nuestras propias nuevas perspectivas. .
Experimento