La mantis es una especie que caza principalmente mediante ataques furtivos y ataques sorpresa. Se mueven lentamente, por lo que aprovecharán cada oportunidad para comer insectos que trepen, toquen o estén dentro del alcance de ataque de sus extremidades anteriores. En el pasado, muchas personas creían que la razón por la que se comían mantis masculinas y femeninas después del apareamiento era porque el macho sacrificaba su propia comida como la hembra durante la evolución de las mantis para poder poner mejor huevos. Algunas mantis macho retuercen sus cuerpos durante el apareamiento, mientras que otras son devoradas por la hembra desde el principio. Incluso si se deja la parte inferior del cuerpo, la mantis macho aún puede continuar apareándose.
Sin embargo, en condiciones de laboratorio, esta idea ha sido cuestionada. En un laboratorio, los humanos pueden proporcionar más alimento a las mantis religiosas. En ausencia de hambre, las mantis hembras rara vez comen a los machos, y los científicos también han observado el comportamiento de cortejo de las mantis, lo cual es raro. Incluso en la naturaleza, el fenómeno real observado por los conductistas animales es que sólo unos pocos machos son devorados después del apareamiento, y la mayoría de ellos se van volando después del apareamiento.
En comparación con las mantis religiosas macho, las mantis religiosas hembras tienden a ser más grandes. Alguna vez se pensó que esta diferencia de tamaño era un medio evolutivo para que las mantis evitaran el canibalismo, permitiéndoles sobrevivir sin que la mantis religiosa hembra tuviera mucho sentido común. o Apareamiento en condiciones de "incomodidad". Según la investigación zoológica, las mantis no tienen redes neuronales complejas y se mueven lentamente. Por tanto, debido a su historia evolutiva, tiende a atacar a las presas que de repente saltan delante de él. Durante el comportamiento de apareamiento, la mantis macho se acercará lentamente a la hembra para evitar que se asuste y luego agitará sus antebrazos para atraparlo como presa.
En el entorno natural, el comportamiento de cortejo de la mantis puede hacer que la mantis hembra sea más amable temporalmente, evitando así matar a su pareja. En otras palabras, las mantis hembras no necesariamente se comen a los machos cuando se aparean. Las estadísticas muestran que solo se comen unas pocas mantis religiosas, pero cuando la mantis religiosa hembra está llena, también es propicio para la puesta de huevos y otras actividades. En resumen, se trata de transmitir genes.
Además, los insectos cuyas hembras son más grandes que los machos son muy comunes en la naturaleza, pero los insectos con hábitos caníbales son raros. El canibalismo de la mantis religiosa no es muy común entre las poblaciones de mantis y probablemente no sea un comportamiento reproductivo necesario.